¿En qué consiste la dirección tóxica?

CoachHub · 18 April 2022 · 10 min read

La dirección tóxica puede definirse como un estilo de dirección que destruye la dignidad, la autoconfianza o la eficacia de una persona a través de la reprensión, altibajos diarios o discursos inapropiados. Sus rasgos crean condiciones de trabajo destructivas, degradantes y devaluadoras, que pueden tener consecuencias psicológicas y físicas graves para los empleados. La mayoría de las organizaciones están salpicadas de mánagers tóxicos que las convierten en campos de batalla. La capacidad de la gente para tratar con ellos en una cultura corporativa influye significativamente en su carrera profesional. Tener la capacidad de reconocer y comprender este comportamiento tóxico es clave para protegerse. Los mánagers tóxicos forman parte de la vida y cómo te afecten depende de las habilidades que desarrolles para lidiar con ellos.

Un mánager tóxico mina la moral, desvía la energía de la plantilla, perjudica la retención e interfiere con la cooperación y el intercambio de información. Su comportamiento tóxico distorsiona la cultura de la organización y afecta a las personas de muchas formas distintas. Para mejorar la cultura y el funcionamiento de una organización, la alta dirección y RR. HH. deben tomar las medidas necesarias para hallar la solución y contenerlo. Se evitarán daños graves en la diversidad e inclusión de la empresa si se reconocen sus rasgos de personalidad, se le adjudica un puesto en el que haga el menor daño posible, se le ofrece coaching o se le despide.

En este artículo, aprenderás a evitar convertirte en un chivo expiatorio de los mánagers narcisistas, sobrevivir a sus asaltos y darles lo que necesitan para que estén satisfechos contigo. También se incluyen tendencias de gestión que ayudarán a RR. HH. a identificar a los líderes con comportamientos tóxicos antes de que causen daños graves. Además, se ofrecen estrategias para tratar con cada tipo de patrones tóxicos.

Los riesgos de la gestión tóxica

Una gestión toxica fomenta numerosos riesgos psicosociales. El estrés en el trabajo y el absentismo son los más comunes, pero las consecuencias van mucho más allá. Entre ellas se incluyen:

  • Agotamiento profesional: Se traduce en fatiga intensa, sentimientos negativos sobre el trabajo y pérdida de eficiencia.
  • Aburrimiento crónico: El aburrimiento y la pérdida de sentido profesional provocan fatiga en el trabajo; como consecuencia, el empleado en cuestión pierde capacidad de concentración y siente que no vale nada.
  • Pérdida de horizonte: Consiste en la desmotivación y la desvinculación en el trabajo, lo que se traduce en el cuestionamiento profesional, el sentimiento de inutilidad y el deterioro de las relaciones laborales.
  • Síndrome de Estocolmo: Se trata de un fuerte vínculo con el mánager tóxico, que genera hostilidad de los empleados hacia la jerarquía después de que el modelo de gestión haya cambiado.

¿Cómo reconocer a un mánager tóxico?

Estos son los tipos más habituales de jefes tóxicos que podrías encontrar en tu empresa.

Mánager frío

El mánager frío o jefe hostil utiliza todos los medios posibles para alcanzar sus metas. Este tipo de gestión no muestra inteligencia emocional ni empatía en el entorno laboral. Su vida personal está dominada por sentimientos y emociones, mientras que su vida profesional está dominada por la racionalidad. Esto genera una sobrecarga de trabajo que desgasta y agota a los empleados. Este tipo de mánagers tienden a no centrarse en la gestión de la innovación y, por tanto, se desincentiva la creatividad en el trabajo. Además, la salud mental y física de los empleados no les interesan.

Mánager víbora

Un mánager víbora se obsesiona con la codicia y el poder, y utiliza a todo el mundo para satisfacer sus necesidades personales. Manipula, busca metas poco realistas y carece de humildad.

Mánager en busca de gloria

El mánager en busca de gloria ansía atención y gloria a toda costa, independientemente de si participa en algo o no. Haría cualquier cosa para llevarse la fama, lo que incluye atribuirse todos los méritos y alardear de sí mismo. Este tipo de estilo de gestión no deja margen para las iniciativas de los empleados y, en una holocracia, sigue llevándose todo el mérito. Un mánager que busca la gloria comparte el éxito de los empleados, pero les atribuye toda la culpa cuando fallan.

Mánager que mueve los hilos

Es un fanático del control. Nunca admite sus errores. Es extremadamente vigilante y no confía en su personal.

Mánager déspota

La diversidad en el entorno laboral es común en muchas organizaciones y aporta diferentes ideas y perspectivas. Un mánager déspota domina toda la organización con sus ideas y crea una dictadura que no deja espacio para la inteligencia colectiva. Además, utiliza amenazas directas o indirectas para alcanzar sus objetivos.

Mánager incompetente

Estos jefes se preocupan por el desarrollo de los empleados, pero no siempre están presentes para proporcionar liderazgo, coaching o apoyo. En el caso del teletrabajo, los empleados están acostumbrados a unos jefes ausentes, pero son difíciles de llevar cuando hay preguntas o feedback que es necesario abordar.

Cómo tratar con un mánager incompetente

Para tratar con un mánager ausente, debes adaptarte a su horario y garantizar una comunicación eficaz. Puesto que no responde a los correos electrónicos, asegúrate de que te limitas a un tema con puntos de fácil lectura. En lugar de enviarle un correo electrónico, es mejor comunicarte mediante un chat de vídeo de 15 minutos.

Micrománager

El micrománager se obsesiona con supervisar de cerca todos los elementos del trabajo de su personal y controla incluso en el caso de la cultura digital. Un micrománager tiende a actuar así porque cree que los empleados no son responsables y no pueden cumplir con la calidad o cantidad de trabajo deseada. Por el contrario, los empleados sienten que no se les empodera ni se confía en ellos para que den lo mejor de sí.

Cómo tratar con un micrománager

Las personas que son independientes en el trabajo se frustran cuando se topan con un micrománager. Para tratar con un micrománager, hay que empezar por ganarse lentamente su confianza ofreciéndole información con frecuencia y asegurarte de que cumples tus promesas. Con el tiempo, comenzará a confiar en ti y a soltar un poco el control.

Mánagers rígidos

Los mánagers rígidos hacen las cosas a su manera. Son compulsivos; es decir, temen estar equivocados y se centran todo el tiempo en los que se debería hacer y se debería haber hecho. Para dirigir las organizaciones utilizan rígidas jerarquías e intentan influir con sus formas de hacer en las empresas liberadas. La mayoría de las veces, ven amenazada su autonomía, lo que les hace retroceder como mecanismo de defensa. Con esta actitud, pisan los derechos de otras personas. Los mánagers rígidos creen que su forma de hacer las cosas es la mejor y no escuchan a otras personas.

Mánagers agresivos

Un mánager agresivo percibe el mundo como una sociedad despiadada en la que la gente va a por ti. A sus ojos, o eres presa o eres depredador. No solo son narcisistas, sino que también carecen de empatía, no tienen en cuenta el bienestar de los demás y no procuran llevar a cabo una gestión ágil de los proyectos. Un mánager agresivo erradica la creatividad en el entorno de trabajo, lo que dificulta que prospere la innovación frugal. Una variante grave del mánager narcisista es el acosador, que obtiene placer intimidando a la plantilla. Las personas agresivas se ven a sí mismas como víctimas. Utilizan su comportamiento agresivo para defenderse de las injusticias que han sufrido. Les resulta difícil modular la intensidad de sus sentimientos. Por lo tanto, ignoran los sentimientos y los derechos de otras personas.

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Cómo tratar con un mánager tóxico

1. Reconocer la naturaleza tóxica de un mánager

Identificar la toxicidad de un mánager es el primer paso para reconocer la situación e impulsar un cambio en el equipo directivo. Se trata de un caso grave, y no tiene sentido hacer oídos sordos ni dejarlo estar. Con el tiempo, puede empeorar y socavar el rendimiento de la empresa. La tendencia en RR. HH. debe ser la adopción de una escucha activa y atenta de las necesidades y los sentimientos de los empleados. Por ejemplo, las dificultades laborales, el exceso de trabajo o incluso el estrés profesional. Lo mejor para ayudar al personal a reconocer a un mánager tóxico es inculcarles confianza para que puedan verbalizar sus problemas y emociones. La comunicación eficaz es clave y se recomienda celebrar entrevistas individuales frecuentes que permitan a los empleados expresar sus opiniones y desafíos. Este método se ha utilizado en el campo de la diversidad del lugar de trabajo y ha dado buenos resultados. Una vez que se ha planteado el problema, los responsables deben ejercer la neurogestión para escuchar a los empleados con empatía y sin juzgar. Emitir juicios hará que la plantilla no se sienta digna de confianza y pondrá en peligro todo el proceso.

2. Abrir el debate

El siguiente paso es comunicarse con el mánager tóxico. Se debe actuar con mucha precaución. Las técnicas de comunicación no violenta son importantes para no empeorar la situación. Debe existir un equilibrio entre la gestión matricial y el mánager tóxico. El departamento de RR. HH. tiene que adoptar un enfoque neutral a la hora de abordar la situación y mantener la estabilidad emocional. Utilizando la gestión del rendimiento, es necesario hacer balance con el mánager narcisista. Esto puede incluir cómo se siente en la empresa. ¿Tiene problemas personales? ¿Cómo se ve en la organización? ¿Cómo dirige a los teletrabajadores? Después de escuchar su versión, habla de lo que no se habla y de la incomodidad que sienten los empleados. La cuestión es gestionar el conflicto de la mejor forma posible sin señalar ni criminalizar. Encontrar una solución en la que ganen todos sería lo ideal, ya que todo el mundo estará contento. Depende del departamento de RR. HH., del empleador y de otros mánagers tomar la decisión más adecuada en esta situación.

3. Optar por el coaching profesional

Prevenir y gestionar los conflictos resulta muy complicado. Aunque todo problema tiene una solución, es importante abordarlo inmediatamente cuando surge. El líder o el departamento de RR. HH. debe recurrir a los servicios de expertos para recibir coaching y dominar la comunicación no violenta, con el fin de gestionar mejor los conflictos y ejercer el liderazgo. Puede suponer aprender habilidades blandas, esenciales para transformar a los mánagers tóxicos. Además, se les puede formar sobre cómo garantizar el éxito de la gestión de la diversidad en la empresa. Después de llegar a una solución, tal vez sea interesante contratar sesiones de coaching para los mánagers tóxicos. El objetivo es que sean conscientes de la situación y ayudarles a desarrollar más habilidades de gestión a través de la innovación gerencial.

Reflexiones finales

Los mánagers tóxicos y sus rasgos negativos están presentes en muchas organizaciones. Sin embargo, las empresas deben intervenir y asegurarse de transformar esos comportamientos tóxicos. No pueden hacerlo en solitario y requieren la ayuda de expertos como CoachHub. Ofrecemos sesiones de coaching para mánagers y enseñamos habilidades blandas, como incorporar el liderazgo femenino e introducir de forma óptima la diversidad en el entorno laboral. Incluso con todas estas sesiones de coaching, los líderes tóxicos deben estar dispuestos a cambiar para que el programa de coaching pueda ser eficaz. El objetivo de CoachHub es que sean conscientes de la situación y ayudarles a desarrollar más habilidades de gestión a través de la innovación gerencial.

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