Por qué con el upskilling no se logra el compromiso laboral

El coste de los programas ineficaces de upskilling

La irrelevancia es lo que todo el mundo intenta evitar implícitamente cuando hablan de upskilling o perfeccionamiento de competencias. El problema es que los empleados temen que se les despida en favor de nuevos talentos, o de robots, pero las empresas necesitan innovar constantemente o se arriesgan a que sus competidores las dejen atrás.

La pandemia y sus efectos catastróficos en la economía no han hecho más que avivar estos temores. Ahora más que nunca, los empleados acuden a la formación, ya sea por voluntad propia o la de sus empresas, para estar a la vanguardia. Como resultado, la demanda de upskilling está en su punto álgido.

Sin embargo, parece que los departamentos de RR. HH. no consiguen que sus programas de formación interna resulten atractivos. Según un artículo de Singapur, la mayoría de los trabajadores prefieren asistir a cursos fuera de su lugar de trabajo, lo que demuestra que puede haber una desconexión entre lo que las empresas ofrecen y lo que sus plantillas esperan.

El coste de los programas ineficaces de upskilling

Según The Industry Report, las empresas gastan una media de más de 1.000 dólares por persona en programas de formación. Como ocurre con la mayoría de los gastos empresariales, toda esta inversión solo tiene sentido si se recupera el coste con un aumento de la productividad. Esto es especialmente cierto por lo que respecta a las grandes organizaciones, en las que contar con cada vez más empleados puede provocar una escalada de costes. Además, el dinero no es la única preocupación.

Los empleados no tienen acceso a las competencias que desean

Todo se va aclarando si tenemos en cuenta el mercado laboral actual. Vivimos en una época en la que las cualificaciones formales están perdiendo valor y hay una gran demanda de candidatos con habilidades prácticas y trayectorias demostradas. También está la llegada de la inteligencia artificial, que amenaza con destruir muchos puestos de trabajo.

Los programas de formación que reciben luz verde no consiguen que los trabajadores se impliquen porque no les dotan de las habilidades que quieren aprender. Con unos presupuestos limitados, las empresas a menudo solo están dispuestas a invertir en habilidades directamente relacionadas con el ámbito de trabajo del profesional, mientras que los empleados quieren ampliar sus horizontes al explorar áreas nuevas.

Sin embargo, los perfiles multidisciplinares y multicompetentes pueden aportar mucho valor a las empresas, especialmente en una época en la que prolifera el trabajo a distancia e híbrido. Con un poco de orientación personal, los empleados que pueden adquirir nuevas habilidades y gestionar problemas interdepartamentales por su cuenta son increíblemente valiosos.

El upskilling requiere más tiempo e implicación de lo que las empresas pueden permitirse

Las empresas no se dan cuenta de lo mucho que su personal desea adquirir nuevas competencias.

Un estudio de PWC en 2021 reveló una sorpresa: el 77% de los trabajadores está dispuesto a reciclarse por completo si así consiguen más opciones de empleo.

Sin embargo, la realidad es que para aprender nuevas habilidades se requiere tiempo, mucho más del que muchas empresas pueden invertir. Uno cada dos empleados también está demasiado ocupado con mayores cargas de trabajo que le impiden reservarse tiempo para centrarse en mejorar.

Desglosamos a continuación lo que se necesita para adquirir algunas de las habilidades más demandadas:

• La mayoría de los programadores de software coinciden en que se necesitan de tres a seis meses de práctica para comprender los fundamentos de la programación.
• Alcanzar una fluidez básica en otra lengua puede llevar entre 480 y 720 horas de estudio, según lo cerca que esté de tu lengua materna.
• Para poder ejercer la abogacía, un estudiante debe dedicar de 400 a 600 horas de estudio si quiere superar las pruebas del colegio de abogados.
• El candidato medio a analista financiero certificado (CFA) en Estados Unidos tarda entre 4 y 5 años en aprobar los tres niveles del examen, con una dedicación media de 300 horas en cada nivel.